¿Es el Internet bueno o malo para nuestros hijos?
Nada es blanco o negro, y sentenciar a la tecnología como perjudicial puede ser incluso contraproducente. Las nuevas generaciones no han conocido un mundo sin teléfonos móviles, chats, aplicaciones o sin la comodidad de obtener información con un simple clic. Por lo tanto, aunque es comprensible preguntarse si el Internet es bueno o malo para los niños, no podemos obviar que es parte de sus vidas.
De acuerdo con las estadísticas, el número de niños y niñas con teléfono móvil en España supera ya los 2 millones, y prácticamente la totalidad de los que cuentan con uno, tienen también acceso a Internet. Dentro de los rangos de edades, a partir de los 13 años, más del 80% navega por Internet, y es a esta edad cuando la atención de los padres y madres a las conductas peligrosas comienza a descender, ya que se entra en la etapa de la adolescencia.
Los riesgos de Internet son ya conocidos por todos, como el acoso sexual, el bullying cibernético, el sexting o los contenidos cargados de violencia de múltiples tipos. Sin embargo, no solo hay que fijarse en los problemas del Internet para los niños y niñas de nuestra sociedad, sino también en los beneficios que ofrece para ellos. Como, por ejemplo, el acceso a contenido educativo, la diversidad de opciones para el entretenimiento y el desarrollo de nuevas habilidades.
Para no tener que preguntarnos si el Internet es bueno o malo para los niños y niñas basta con mantener un control sobre el tipo de información que consumen y los usuarios con los que están en contacto. Y además de esta medida, establecer un límite máximo de tiempo para estar conectados.
Tiempo que dedican los niños a las redes sociales: ¿Cuál es el adecuado?
Resulta complejo establecer una limitación en el tiempo que dedican niños y niñas a Internet, o concretamente a las redes sociales. Uno de los motivos principales es que se debe predicar con el ejemplo, y los adultos también podemos excedernos en el uso de los teléfonos móviles. Especialmente, quienes lo utilizan también para trabajar.
Si echamos un vistazo a las cifras, en la Enseñanza Secundaria, es decir, jóvenes entre los 14 y los 18 años, un 21% hace un uso compulsivo de Internet. Una cifra que se ha incrementado con respecto a años anteriores. La adicción a las redes sociales afecta a casi un 19% de los niños entre 12 y 14 años, y cerca de un 18% entre los de 15 y 17 años.
Pero, ¿a qué podemos llamar uso compulsivo o adicción? Pues en estos casos se hace referencia a aquel tiempo de conexión que supera las dos horas al día. Así como quienes tienen más de 500 contactos online o invierten más de 2,6 horas al día a juegos de ordenador.
En cuanto al tiempo que dedican los niños a redes sociales, las cifras de menores que pasan más de 3 horas al día interactuando con sus perfiles sigue incrementándose. Y en algunos casos, la frecuencia de la conexión a las redes sociales y Whatsapp es superior a las 10 veces al día. Aunque el 50% sea un mero espectador, el 40% participa con contenido multimedia, el 20% ha publicado contenido íntimo y un preocupante 10% contenidos de este tipo pero de terceras personas.
Si nos preguntamos si el Internet es bueno o malo para los niños en esta situación, podemos confirmar que los daños superan a los beneficios. Hasta tal punto, que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) planea incluir el uso compulsivo de videojuegos como un trastorno que requerirá tratamiento y medidas de apoyo.
Cómo podemos limitar el uso de Internet
Existen dos formas de limitar el tiempo que los menores pasan navegando o en sus perfiles. La primera es la de establecer franjas horarias de uso de las redes sociales. Ni antes ni después de estas será posible acceder a ellas.
La segunda forma es la de establecer sistemas de control parental como el de Gatchan. Aunque no puedan limitarse las redes sociales, sí que hay un filtrado de los contenidos a los que se accede, además de bloquear las llamadas salientes o entrantes de números desconocidos.
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